Laudato Si: Una reflexión permanente a 5 años de su publicación

Del 16 al 22 de mayo de 2020 el
Papa Francisco ha invitado a celebrar los 5 años de la encíclica Laudato Si,
sobre el cuidado de la casa común
, en ese sentido, distintos actores
sociales del mundo entero se han unido para realizar diversas actividades a
los fines de reflexionar sobre el contenido de la encíclica en la actualidad.
ECCos de Paz, ha asumido el compromiso de participar en esos eventos de dos maneras concretas: divulgando el contenido de la Encíclica a través de las redes sociales de la organización y organizando una Mesa de Debate virtual titulada ¿comprendemos nuestra casa común?, buscando a través de ella promover la reflexión entre distintas personas sobre la vigencia de la Encíclica.
El diálogo con todos para unir a la familia humana en función del cuidado de nuestra casa común, sólo es posible si comprendemos las amenazas que enfrenta el Planeta y sus raíces humanas, por eso nuestra invitación como organización es reflexionar si comprendemos los problemas globales que enfrenta nuestra casa común (que es nuestro Planeta) o si por el contrario, negamos el problema y somos indiferentes ante la realidad o simplemente nos resignamos a esperar porque un tercero logre una solución técnica.
¿Cuál es nuestra posición frente a esos problemas que afectan nuestra casa común?, Laudato Si reflexionó sobre ellos: cambio climático; contaminación y residuos; problemas de agua; crecimiento desordenado de las ciudades; destrucción de la biodiversidad, inequidad en el planeta y además a esos problemas agregó la diversidad de opiniones y la debilidad en las respuestas a esos desafíos.
¿Cuánta información manejamos sobre las causas de estos problemas, y particularmente sobre la influencia que cada uno de nosotros como personas podemos tener en las causas y/o posibles soluciones para frenar el deterioro de nuestro planeta?
No podemos asumir el cuidado de la casa común, sin comprender que en el Planeta todo está conectado, que no podemos separarnos de la naturaleza, que los problemas mencionados no pueden tener una solución efectiva si se consideran de manera aisladas las soluciones y que precisamente son parte de lo que llamamos desafíos globales, porque el mundo entero ha entendido que el deterioro global es un problema tan grave que no hay país alguno que pueda enfrentarlo solo, en eso tenemos que trabajar unidos.
Todo está conectado, nos dice Laudato Si, somos “colaboradores de Dios en la obra de la creación”, no somos los dueños del planeta y menos aún podemos pretender sustituir a Dios. Precisamente, la pandemia del coronavirus nos ha recordado que somos vulnerables y que no hay poder político y económico en el mundo capaz de enfrentar aquellos desafíos desconocidos.
¿Cuántos otros desafíos desconocidos no podemos evitar para la generación presente y para la futura, con una cultura de cuidado más responsable, solidaria y efectiva que sirva en el presente de antídoto para garantizar un futuro más saludable y humano? Laudato Si, nos advierte que no preocuparnos por dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá, pone en crisis el sentido de nuestro paso por la tierra.
Sabemos que las cosas pueden cambiar, nos dice la encíclica, pero para ello tenemos que comprender que nos enfrentamos a una crisis ecológica, que nos exige valorar nuestra relación con el ambiente, entender que no estamos solos y abordar con responsabilidad el desafío cultural, educativo y espiritual que supone entender las raíces humanas de esos problemas globales para entonces hacer que las cosas puedan cambiar.
los problemas de la casa común, nos exige:
Todo está conectado, nunca será suficiente recordarlo, por lo tanto ¿cómo asumir nuestro compromiso personal con el cuidado del Planeta?, si tenemos claro que somos corresponsables tanto de las causas como en las posibles soluciones, y que tenemos un origen común, que nos conecta y compromete en un futuro compartido por todos, entonces podemos identificar las oportunidades de nuestro entorno para contribuir con nuestro ejemplo, voluntariedad y compromiso con el cuidado del planeta.
En tal sentido y recordando que el diálogo debe ser con todos: sociedad civil, iglesias, gobierno nacional, estadal y local, lo más inmediato que podemos hacer para empezar a concretar nuestro compromiso es buscar en tú comunidad qué acciones ha tomado el gobierno local en alguno, o en todos los problemas de la casa común señalados por Laudato Si.
En cada ciudad hay comisiones de ambiente, comisiones de urbanismo o comisiones de sostenibilidad, así como también, hay responsables de estos temas en la gestión del poder ejecutivo local. Por otro lado, en el mundo de hoy hay muchos ejemplos que evidencian el papel del municipio en materia de cambio climático, contaminación, gestión de residuos, agua potable, orden urbano, entre otros.
¿Qué políticas o qué normas se han dictado que desde la dimensión técnica política y/o económica presentan soluciones en alguno o en varios problemas de la casa común? Y ¿qué acciones permiten esas políticas y medidas adoptadas para que la sociedad asuma una mejor cultura hacia el cuidado de nuestro planeta desde cada uno de los espacios respectivos?
Intentando responder estas inquietudes, podemos empezar a concretar una hoja de ruta que nos permita aprender nuevas lecciones que a través de la experiencia de cada uno de los involucrados pueda contribuir a sembrar una cultura de cuidado al planeta.
Un ejercicio que nos permita validar si hay oportunidad de diálogo con las autoridades locales para abordar el cuidado de nuestra casa común, nos dejara, valorar si es cierto o no, como lo afirmó Laudato Si, que hay una mayor sensibilidad respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y si es sincera la preocupación por lo que está ocurriendo en nuestro planeta.
Hoy más que nunca es urgente el diálogo con todos, la nueva conversación sobre el cuidado del planeta, tal y como nos dice Laudato Si, pues es una de las formas más valiosas de apoyar, complementar e impulsar la fuerza que necesitan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, para que nadie se quede atrás en el 2030.









